ORÍGENES

CADA UNO DE ELLOS ES LA
HUELLA, LA IMAGEN DE MILES
DE GENERACIONES CAÍDAS A
TRAVÉS DE LA HISTORIA

Este proyecto nació de una realidad de la que fui testigo hace ya algunos meses, la tala desmesurada e ilegal de árboles en los bosques de la Sierra de Tapalpa. Al ver esta triste realidad, me pregunté cómo podría contribuir a crear una conciencia a favor del medio ambiente, vislumbrando un futuro cercano en el que vivíamos en un gran bloque de concreto, sin la presencia de ese elemento tan importante para la vida, en el amplio concepto de la palabra. Esos Gigantes caídos recobran vida no física, sino conceptual. Cada uno de ellos es la huella, la imagen de miles de generaciones caídas a través de la historia. Nos dan una mirada del pasado, del presente y del futuro, con la dureza de sus rostros y la gran fuerza en sus brazos. (…) En cada lugar donde itinere esta muestra, se emplazará una instalación con carácter efímero, que consiste en un grupo indefinido de pequeñas posturas de árboles, cada una de ellas acompañada por pequeños fragmentos de cerámica que representa, a su vez, vestigios de los Gigantes. Los visitantes podrán, en todos los casos, llevarse una postura y plantarlas nuevamente. Junto a ellas, el recuerdo escultórico firmado, una parte viva de esos Gigantes que dan vida a la nueva era verde. El barro, material primigenio en la historia de la humanidad y del arte… Material con el que las primeras generaciones de la humanidad modelaron la Venus de Milo… Producto maternal por excelencia, orgánico, natural, del que también el hombre fue creado. Una vez transformado por el fuego del horno, el barro devendrá una huella eterna. Así nos lo ha demostrado hasta hoy en disímiles piezas a lo largo de la historia, piezas a las que el tiempo no ha logrado deformar.